Con V de Valentía: Conocé la historia de Valeria

29 de Septiembre de 2020

Valeria Vega. Imagen: PNUD Paraguay

Hay que seguir lo que el corazón dicta. Esta fue la convicción y decisión de Valeria, quién con resiliencia supo dar vuelta su historia transformándola en acciones para ayudar a otras mujeres. Valeria, de 31 años y oriunda de Misiones -departamento ubicado a 228 km de Asunción, capital de Paraguay-, decidió estudiar abogacía. En el año 2007 logró ingresar a la Universidad Nacional de Asunción (UNA) Una vez graduada se vio atraída por las historias llenas de aventura que escuchaba acerca del Chaco Paraguayo. Siguiendo su vocación y curiosidad por los relatos y vivencias de esta región única en biodiversidad y cultura, decidió mudarse a Filadelfia para insertarse en el campo laboral y luchar por los derechos de las mujeres. Esta decisión se dio como consecuencia de las injusticias vividas a lo largo del tiempo junto a su hija Paulina de 10 años, con quien salió adelante sin una figura paterna. Valeria se desempeña hoy como asistente social en el Centro Regional de Mujeres de esta ciudad y colabora con la atención de casos judiciales, recibiendo y dando seguimiento a unas 10 a 15 denuncias mensuales por abusos a mujeres.

Para Valeria la persistencia es fundamental hasta hacer justicia. Fue así que luego de 10 años logró que su expareja acceda a realizarse una prueba de ADN y que cumple con sus obligaciones como padre, en resguardo de los derechos de su hija. Ella creció en un ambiente lleno de prejuicios. Desde temprana edad sus tíos y tías le decían que debía contraer matrimonio y formar una familia. Sin embargo, decidió hacer oídos sordos a estos estereotipos y recordar lo que su madre le decía “no es necesario que te cases, sola siempre vas a poder”. Este mismo mensaje es el que Valeria transmite a diario a las mujeres que reciben acompañamiento en el Centro Regional de las Mujeres.

“A pesar de que muchas veces como profesionales queremos renunciar a esta lucha, ya que nos sentimos frustradas con las víctimas de abuso que reciben ayuda y luego vuelven con el agresor, aprendimos a mirar el entorno y comprendemos que nuestro rol es clave para colaborar y reducir los hechos de violencia que observamos a diario”, expresó Valeria quien también recordó que estas dificultades pierden fuerza al vivenciar y escuchar a mujeres heroicas quienes decidieron seguir adelante con los planes del programa, lograr superar las situaciones de conflicto y emprender de manera independiente.     

Al igual que Valeria, unas 10.207 mujeres son asesoradas anualmente para procedimientos legales o abusos en el Paraguay. Es por esto que el soporte y acompañamiento para el fortalecimiento de las instituciones que a diario luchan por una sociedad más equitativa son esenciales. Para hacer frente a este panorama y con el fin de facilitar una transformación y una mayor eficiencia en los servicios sociales, el Ministerio de la Mujer, a través del proyecto interagencial “Paraguay Protege a mujeres, niñas, niños y adolescentes contra la violencia en el contexto de emergencia por COVID-19”, liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) e implementado con Fondos Globales de las Naciones Unidas, aunaron esfuerzos. En este sentido, se diseñaron planes de acciones estratégicos que incluyeron la implementación de mejoras en la infraestructura del Centro Regional de las Mujeres en Filadelfia (distante a unos 408 km de la capital). En línea con este objetivo, se dotaron recursos materiales y humanos para brindar una mejor calidad en la atención del centro. Las mejoras edilicias facilitan la descentralización de los servicios que se ofrecen desde el Ministerio de la Mujer en la comunidad, optimizando la capacidad de respuesta del Gobierno Nacional ante la pandemia. Cabe mencionar que los casos de abusos físicos y psicológicos a este grupo vulnerable aumentó en un 87% debido al confinamiento.

“Estas mejoras ya eran necesarias desde hace mucho tiempo. Gracias a este avance ahora podemos brindar una mejor asistencia para la atención a las víctimas de abuso que recibimos a diario. Hoy, muchas mujeres e incluso familiares ya se animan a denunciar a los agresores. Es por eso que es importante poder ofrecer un espacio de contención confortable para el seguimiento psicológico y legal tras años de violencia”, indicó Valeria.

En este sentido, el proyecto interagencial “Paraguay Protege a mujeres, niñas, niños y adolescentes contra la violencia en el contexto de emergencia por COVID-19” logró constituirse como ejemplo de trabajo en conjunto y cooperación entre 9 agencias de la ONU para brindar ayuda a las naciones. El Ministerio de la Mujer destaca que estas contribuciones generan un alto impacto y que son clave para el avance del país.  

“Es la primera vez que desde hace 15 años se refaccionó este centro. Y no solo mejoró en cuanto a la infraestructura, sino en cuanto a la capacidad de respuesta que el personal brinda a las víctimas, gracias a talleres de capacitación y charlas que se ofrece. Además, se crearon mesas interinstitucionales para una mejor articulación del trabajo. Estoy muy agradecida a todas las agencias de las Naciones Unidas por este apoyo invalorable que nos brindan para el mejoramiento del funcionamiento de este centro regional. Para nosotros es de suma importancia, más aún en este momento de pandemia que nos toca vivir en donde vemos un incremento considerable de denuncias”, expresó la Ministra de la Mujer Nilda Romero.

Desde el PNUD, Silvia Morimoto, Representante Residente, reafirmó su compromiso en apoyar al Gobierno Nacional para brindar acompañamiento y diseñar respuestas que brinden soluciones a las diferentes necesidades, especialmente a las emergentes en el contexto de la pandemia por COVID-19. Por su parte, Mario Samaja, Representante de las Naciones Unidas en Paraguay, agradeció la confianza y colaboración del Ministerio de la Mujer para implementar acciones en el Chaco y aseguró la presencia de la ONU en la región. 

El Equipo de País de las Naciones Unidas en Paraguay, compuesto por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), ONU Mujeres, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Panamericana de la Salud (OPS)/Organización Mundial de la Salud (OMS), y el PNUD impulsan este proyecto que, además, promueve la prevención de la violencia con acciones comunicacionales.